de película

Nacido en Roma un 10 de noviembre de 1928, Ennio Morricone vivió una
 infancia humilde marcada por la influencia de su padre Mario, trompetista que solía tocar en clubs nocturnos de la época y en una orquesta en Riccione durante las vacaciones de verano. Fué allí donde su padre le animó a que escribiese su propia música con tan sólo 6 años de edadPoco tiempo después, el joven Morricone empieza, acompañado de su padre, a tocar el mismo instrumento para poder ganar dinero para la familia, a la vez que estudia en el Conservatorio de Música de Roma, donde tendrá como profesor a Goffredo Petrassi que le inspirará en su obra posterior. Empieza en el mundo de la música profesional, trabajando como arreglista para el sello RCA Victor. Allí trabaja en numerosas canciones, siendo “Se Telefonando” de Mina y “Ogni Volta” las más célebres, convirtiéndose en superventas.
Tras trabajar en una serie de películas haciendo arreglos y participar en el Gruppo di Improvvisazione Nuova Consonanza (centrado en música experimental), su trayectoria da un giro gracias a la llamada del director Sergio Leone. Con una carrera compositiva sobresaliente, Morricone no es otra cosa que un prócer en la escena artística mundial. Con una trayectoria en la creación musical para proyectos audiovisuales que inició sin mayores pretensiones en 1961 con El federal, el director orquestal italiano logró establecerse a la vanguardia en lo que refiere a las bandas sonoras y su trascendencia más allá de la mera pantalla. Fue particularmente en las películas western de Sergio Leone donde finalmente “Il Maestro” encontró su boleto dorado en dirección a la fama. Poco después de su debut, obras como Por un puñado de dólares (1964) y El bueno, el feo y el malo (1966), fueron las responsables de sus primeras ovaciones internacionales. Aplausos que no cesaron nunca más. 

Ahora bien, la verdadera coronación para el director europeo no llegó sino hasta la década de los ochenta, con películas como Días de gloria, La misión, Cinema Paradiso y Los intocables de Eliott Ness. Con ellas, aparecieron las primeras grandes nominaciones, la apreciación de su talento fuera de la típica sonoridad del viejo oeste y, en definitiva, el quiebre que lo posicionó como el gran ícono de la música popular. Sin embargo, más allá de los ostentosos galardones y emblemáticos nombramientos que recibió Morricone a lo largo de su trayectoria, que van desde premios Grammy, Globos de Oro, BAFTA o León de Oro, hasta reconocimientos de caballería tanto en Francia como en Italia y medallas pontificias entregadas por el mismísimo Papa; su mayor contribución radica en el establecimiento de un paradigma cultural: su música trasciende del cine e impacta directamente en la imaginación  colectiva. 
En definitiva, el director logró alcanzar el mayor éxito comunicacional al que puede aspirar un artista con su audiencia. Uno en el cual una simple tonada genera una comprensión compartida e indiscutible del mensaje. Uno donde el desértico paisaje del viejo oeste con un estepicursor atravesando la carretera no es solo visual, sino también melódico. Las obras del compositor rebasaron la concepción de música como mera sonoridad, para convertirse directamente en simbolismos. Asimismo, como consideró el jurado calificador del reconocimiento Princesa de Asturias de las Artes 2020, Morricone tuvo la “capacidad para transmitir imágenes y sentimientos, además de evocar, a través de la música en las pantallas y de contribuir, asimismo, a historias inolvidables”. Y es que el compositor era un prodigio. Un artista singular con una aptitud de apreciación distinguida, capaz de encontrar sonido en elementos poco convencionales, como látigos, campanas o chiflidos. Contaba con una distinción sensitiva que lo llevó inclusive a involucrarse en la escena más pop, con Sting y los Pet Shop Boys. El director europeo era una mente maestra que perpetuaba perfectamente la esencia del arte como medio de expresión. Por esto, con el paso del tiempo, la música de Morricone se convirtió en algo difícil de encasillar. Il Maestro tenía momentos armónicos y celestiales como en On Earth as it is Heaven; de intensidad y epopeya en The Ecstasy of Gold; y otros pacíficos, dulces y románticos como en Nuovo Cinema Paradiso. Su estilo se hizo indescifrable, pues su sonoridad no respondía a un cómo, sino a un qué. A la razón íntima y vulnerable del mensaje. En definitiva un mortal que se transformó en leyenda. 
Vale cerrar los ojos, relajarse y desconectar un poco. 
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4 comentarios:

JLO dijo...

Una leyenda claro con muchas obras reconocibles, eso no es para cualquiera.

Gracias por pasar por mi blog, te agrego a mi lista de favoritos, saludos!

Hada de las Rosas dijo...

Es una terrible perdida pero el Cielo esta feliz, un nuevo angel ha llegado para unirse al coro celestial, amigo. El tema de Cinema Paradiso me mata de nostalgia. Me gusta mucho la seleccion que hiciste.
Besos

Ana dijo...

Coincido contigo en que su música nos ha impactado a todos, un genio difícil de encasillar como dices. Le has rendido un buen homenaje, y ha sido un placer leerte con tan bella música de fondo.
Un abrazo.

Jimena dijo...

Hola a todos mi nombre Ximena Jimena de Cuba quiero usar este medio para informar al mundo sobre cómo me curé del herpes al principio cuando tuve síntomas en 2014 me hice la prueba y salió positiva perdí la esperanza de mejorar relación o matrimonio, todo cambió cuando conocí al Dr. Itua, me puse en contacto con él, le expliqué todo y me dijo que tenía la cura, así que decidí pedírsela, así que lo hice después de 2 semanas, me hice la prueba y obtuve un resultado negativo. Estoy eternamente agradecido con él. Él también puede curar.
vph
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correo electrónico: drituaherbalcenter@gmail.com www.drituaherbalcenter.com